La mediática afirmó que su esposo, a quien definió como «brillante, pero complicado», se niega a recibir ayuda profesional
La estrella estadounidense Kim Kardashian, de 39 años, acudió a Instagram el miércoles por la mañana después del colapso vía Twitter de su esposo Kanye West a altas horas de la noche, diciendo que “no tiene poder” sobre él para que reciba ayuda psiquiátrica y lo definió como “brillante, pero complicado”.
“Aquellos que entienden las enfermedades mentales o incluso el comportamiento compulsivo saben que la familia es impotente a menos que el miembro sea menor de edad”, escribió Kardashian en una serie de historias a sus 180 millones de seguidores: “Entiendo que Kanye está sujeto a críticas porque es una figura pública y sus acciones a veces pueden causar fuertes opiniones y emociones. Es una persona brillante pero complicada que, además de las presiones de ser un artista y un hombre negro, experimentó la dolorosa pérdida de su madre, y tiene que lidiar con la presión y el aislamiento que aumentó su trastorno bipolar”.
“Los que están cerca de Kanye conocen su corazón y entienden que sus palabras algunas veces no se alinean con sus intenciones”, dijo la mediática.
“Como muchos de ustedes saben, Kanye tiene un trastorno bipolar. Cualquiera que tenga esto o tenga un ser querido en su vida que lo sepa, sabe lo increíblemente complicado y doloroso que es comprenderlo. Nunca he hablado públicamente de cómo esto nos ha afectado en casa porque soy muy protectora con nuestros hijos y el derecho de Kanye a la privacidad en lo que respecta a su salud”. Pero hoy, siento que debería comentarlo debido al estigma y los conceptos erróneos sobre la salud mental”, expresó Kardashian, que está casada con el rapero desde 2014 y tiene cuatro hijos con él: North (7), Saint (4), Chicago (2) y Psalm (1).
“Las personas que no son conscientes o están muy alejadas de esta experiencia pueden juzgar y no entender que la persona misma debe involucrarse en el proceso de obtener ayuda sin importar cuánto lo intenten sus familiares y amigos. Vivir con un desorden bipolar no disminuye ni invalida sus sueños y sus ideas creativas, sin importar cuán grandes o imposibles de conseguir puedan parecer para algunos. Eso es parte de su genio y, como todos hemos presenciado, muchos de sus grandes sueños se han hecho realidad “, continuó en su descargo.
“Nosotros, como sociedad, hablamos de darle importancia al tema de la salud mental, sin embargo, también deberíamos dárselo a las personas que están viviendo con estos problemas cuando más lo necesitan. Amablemente, pido a la prensa y al público que nos den la compasión y la empatía que necesitamos para poder superar esto. Gracias a aquellos que han expresado su preocupación por el bienestar de Kanye y por su comprensión. Con amor y gratitud, Kim Kardashian West”, finalizó.
Anoche, el cantante de 43 años acusó a su esposa de intentar encerrarlo y comparó a su suegra con el dictador norcoreano Kim Jong-un. “Kris (Jenner, su suegra) y Kim emitieron un comunicado sin mi aprobación… eso no es lo que una esposa debería hacer. La supremacía blanca”. También dijo que había intentado separarse de la empresaria cuando en noviembre de 2018 su mujer se encontró con el rapero Meek Mill en un hotel.
Después de unos minutos, West borró todos los mensajes salvo el último, con lo que parecería confirmar que continuará con su intención de competir por la presidencia de los Estados Unidos en las elecciones de noviembre.
El lunes por la noche, en otro arranque frenético de escritura, había acusado a su esposa de querer hospitalizarlo. “Kim estaba tratando de volver a Wyoming con un doctor para encerrarme, como en la película Get Out, porque lloré acerca de salvar la vida de mi hija ayer”, escribió el rapero en el mensaje que ya fue borrado de su red social. Unas horas antes, el músico había celebrado su primer mitin en Carolina del Sur, en donde reveló que él y su esposa estuvieron a punto de abortar a su primer hija North, pero que un “llamado de Dios” lo evitó. Unas declaraciones que conmocionó al mediático clan familiar.